Contestacion a un articulo del teologo
antisemita
costarricense Juan Stam.
por Felipe Martinez
El articulo de J. Stam es en letra sin negrilla mis
respuestas estan en negrilla en negro, azul, rojo y
verde.
actual estado israelí. Por los mismos argumentos, rechazan los reclamos palestinos de una parte del
territorio que antes ocupaban...
¿Perdón? ¡Por favor! Nuestro rechazo al territorio solicitado por los palestinos es actualmente de Israel, el cual adquirió en la guerra de los Seis Días. Cuando la ONU hizo la partición de Palestina (1947), claramente delineó un Estado para los judíos, y otro para los árabes que vivían en la zona. Esto significó la creación de dos países uno al lado del otro: Israel y Transjordania.
Por tanto, el “problema palestino” nunca debió de ser un problema.
Los palestinos que hoy viven como “refugiados” están perdiendo su tiempo y sus vidas en una causa que podría haberse solucionado décadas atrás, si sus países árabes vecinos les hubieran dado asilo.
Viven como "refugiados" pero si ustedes visitaran Ramala o Gaza veran desplegado en dichas ciudades shopings, restaurantes y edificacion de super lujo...lo cual no quita que tambien tiene gente pobre muy pobre a quiens no ayudan porque el dinero lo usan para sus intifadas , bombas, autoinmoladores , en una palabra: TERROR, en lugar de crear trabajo para todo el pueblo sin necesidad de asesinar... la mayoria de los puieblos islamicos de africa son pobres sin embargo unos pocos terroristas lugarenios sacan por los raptos de voluntarios extranjeros cualquier millonada...
Ademas del apoyo logistico llamese cantidades incalculables de dinero enviado por Iran y otros paises que apoyan el terror islamico alli, dodne lo unico que se ve es mujeres y ninios violados y usados para matar...
Israel, al contrario, es el país que recibe a los judíos dispersos por todo el mundo y tiene un legítimo derecho a existir.
Derecho amparado en la historia que cualquiera puede leer. Por último, los árabes que viven en Israel gozan de la Democracia israelí, con todos sus derechos y libertades como ciudadanos. Israel recibe a los árabes dentro de sus fronteras y les permite enseñar su religión.
Estos evangélicos ven la formación del estado israelí como un evidente cumplimiento profético, maravilloso e impactante, y hasta una prueba de la veracidad de la Biblia.
Es, para ellos, también una señal de la pronta venida de Cristo. En esa teología sionista-evangélica, “Israel es el reloj de Dios”.
En cuanto a este tema, hay algo que me sorprende mucho. Ningún pasaje del Nuevo Testamento enseña tal cosa. Jesús profetizó la destrucción de la ciudad de Jerusalén por los romanos (Mr 13; Lc 21; Mt 24), pero no procedió a anunciar la reconstrucción de esa ciudad, mucho menos el establecimiento de un futuro estado israelí.
Que paradójico que cuando Jesús profetiza la destrucción de Jerusalén, también anuncia el levantamiento de la misma:
“Jerusalén Jerusalén que matas a los profetas… He aquí vuestra casa os es dejada desierta; y os digo que no me veréis, hasta que llegue el tiempo en que digáis: Bendito el que viene en nombre del Señor” Lucas 13/34 y 35
Sí, ciertamente Jesús anunció la destrucción de Jerusalén y previno a sus discípulos acerca de ello. Les dijo que orasen para que la huida no sea en invierno o en día de reposo, porque los amaba y cuidaba de su pueblo. Las palabras citadas arriba no fueron dichas con un ímpetu agresivo, sino, con uno acongojado.
En el texto que cito, se deja en claro que: la ciudad será destruida y quedaría con pocos moradores (que fue lo que sucedió); pero también dice que en un futuro quizás lejano, la ciudad volvería a resurgir y con moradores dentro de ella, los cuales iban a clamar la venida del Mesías. Tanto lo uno como lo otro son verdades encontradas aquí. Si una futura Jerusalén no estaba en perspectiva, ¿qué sentido tenían las palabras de Jesús? cuando dijo:
¿Qué significaba la expresión “de cierto te digo que no me veréis hasta que digáis bendito el que viene…”?
Jerusalén misma tendría que decir esas palabras. Y es lo que exactamente está sucediendo ahora.
En Jerusalén hay cuatro congregaciones mesiánicas llenas del Espíritu.
Implícitamente esta palabra profetiza la reconstrucción de Jerusalén.
Según la versión en San Lucas, después de su destrucción “los gentiles pisotearán a Jerusalén, hasta que se cumplan los tiempos señalados para ellos” (Lc 21:24), A eso sigue, en los tres evangelios sinópticos, no un estado israelí sino el retorno de Cristo. Eso me parece muy significativo.
Una vez que el tiempo de los gentiles se cumpla, vendría nuevamente el tiempo de los judíos. Los judíos recuperarían el control y soberanía de Jerusalén. Los gentiles “pisotearían” la ciudad santa sólo por un tiempo, el cual, llegaría a su fin.
Ese fin fue el 10 de junio de 1967. ¿Qué otra mejor interpretación de las palabras de Jesús es mas apropiada?
El texto es claro en que existe un tiempo asignado para la administración de Jerusalén por parte de los gentiles.
No se encuentra en la profecía, una Jerusalén física en poder de un Estado de Israel. Lo que es verdaderamente absurdo, ya que el mismo Señor reinará desde Jerusalén durante el Milenio.
Y si Jerusalén no perteneciera a un Estado Judío, entonces, ¿a que otro país pertenecería? ¿A un país árabe? ¿Se imagina el lector a Jesús reinando desde una nación históricamente árabe????
¿Cómo es posible que las escrituras hebreas (Antiguo Testamento) digan una cosa, y las escrituras cristianas (Nuevo Testamento) digan otra cosa? Quiero hacer unos comentarios al respecto, sin pretender agotar el tema y las evidencias al respecto.
Son numerosos los pasajes del AT que prometen tierra a Israel. A inicios de la historia de la salvación, Dios llama a Abraham a “la tierra que te mostraré” (Gén 12:1,7) para formar ahí un pueblo como una nación grande (12:2; 18:18).[1] Los defensores evangélicos del sionismo citan una larga cadena de textos muy explícitos:
Yo te daré a ti [Abram] y s tu descendencia, para siempre, toda la tierra que abarca tu mirada… Ve y recorre el país a lo largo y lo ancho, porque a ti lo daré. (Gén 13:15,17; cf. 17:8; 48:3-4)
Tú les prometiste [a Abraham, Isaac y Jacob] que a sus descendientes les darías toda esta tierra como su herencia eterna. (Ex 32:13)
Tal como le prometí a Moisés. yo les entregaré a ustedes todo lugar que toquen sus pies. Su territorio se extenderá desde el desierto hasta el Líbano, y desde el gran río Éufrates, territorio de los hititas, hasta el mar Mediterráneo, que se encuentra al oeste. (Jos 1:3-4; cf. Deut 11:24-25; cf. 34:4)
¿No fuiste tú quien les dio para siempre esta tierra a los descendientes de tu amigo Abraham? (2Cron 20:7; cf. Esd 9:12)
Compararse. entre muchos otros textos Isa 34:17; Jer 7:7; 25:5; Ezq 37:25; Joel 3:20
Siendo tan enfática y tan repetitiva esta enseñanza de las escrituras hebreas. ¿Cómo podemos explicar su ausencia en las escrituras cristianas, aun cuando Jesús profetiza la destrucción de Jerusalén? En los tiempos del NT, toda la tierra de Israel estaba ocupada por el imperio romano.
¿Cuál es la diferencia que hace el señor Stam entre las Escrituras Inspiradas del Antiguo y Nuevo Testamento? Ambos compilados fueron escritos por gente hebrea.
Últimamente ha crecido en aceptación la idea de que el Nuevo Testamento también fue escrito en hebreo, sobre todo, el Evangelio de Mateo y la epístola a los Hebreos. Sea esto así, o si aún conservamos la idea de que el NT fue escrito en griego,
no creo conveniente hacer esa diferencia de proporciones que hace el señor Stam.
Puesto que el “cristianismo” ha surgido del judaísmo y que el cristianismo, esto es, creer en Jesús como D-os y Salvador, es en esencia, judaísmo avanzado, judaísmo completado con el Mesías.
El hacer este tipo de diferencias no ayuda a nada, sólo a promover el antisemitismo, pues la gente se radicaliza en su “cristianismo” y olvidan las fuentes de nuestra fe: el judaísmo, les guste a los teólogos “protestantes” o no.
Después de la caída de Roma, pasaron largos siglos, hasta el XX, sin existir ningún estado israelí sobre la faz de la tierra. Si la promesa fue “para siempre”. ¿Cómo pueden caber tales paréntesis de muchos siglos en una promesa supuestamente perpetua?
El requisito primero e indispensable para entender el AT es el de siempre interpretarlo en primer lugar dentro de su propio contexto y sólo después en el contexto del NT o del Siglo XXI.
La Promesa ciertamente es para siempre, porque la Biblia lo dice. Y es imposible que la Biblia misma se contradiga.
El porqué los judíos deambularon por las naciones por tanto tiempo tiene su explicación y no una refutación de la Promesa.
El Eterno le dijo claramente al pueblo hebreo lo que le sucedería si ellos eran infieles al Pacto, en Deuteronomio 28 y 29. Ahí dice claramente que el pueblo hebreo sería expatriado y dispersado, se desenvainaría espada en su contra y les perseguiría la muerte.
Claramente cumplido. Pero también la profecía termina con un porvenir glorioso para la nación, pues D-os les traería de regreso a su tierra y los bendeciría nuevamente, como al principio. Esto es lo que ahora estamos viendo. El pequeño Estado de Israel ha enfrentado 5 guerras con enemigos superiores a él mismo, así como dos Intifadas de sangre. Y permanece en pie. Y lo seguirá estando, porque Jehová pelea por Israel.
Además, el señor Stam olvida la profecía de la Higuera (Lucas 21/29-31).
29 También les dijo una parábola: Mirad la higuera y todos los árboles. 30 Cuando ya brotan, viéndolo, sabéis por vosotros mismos que el verano está ya cerca. 31 Así también vosotros, cuando veáis que suceden estas cosas, sabed que está cerca el Reino de D-os.
Que para una gran mayoría de comentaristas y escatólogos de actualidad, aplican con respecto a Israel. Así como la higuera que Jesús maldijo se secó (Israel endurecido y disperso), llegaría el día en que la higuera reverdecería y daría frutos (renacimiento del Estado de Israel y conversión de judíos).
Juan Stam ignora libremente algo que para muchos otros teólogos ha sido muy importante.
Eso debe aplicarse a la semántica de su lenguaje, la problemática a que responden sus afirmaciones, y el contexto de cada pasaje. Comencemos con un detalle importante en cuanto al idioma hebreo.
Aunque parezca extraño, el idioma hebreo no contiene la palabra “siempre” en su vocabulario, ni mucho menos la palabra “eterno”.[2] Para esa idea empleaba mayormente la frase “por los siglos” o “por los siglos de los siglos” o frases similares. La idea básica de “siglo” (OLAM en hebreo) es “un tiempo largo”, a menudo “pasado remoto” o “futuro remoto”. Puede ser un período largo sin principio ni fin (“el D-os sempiterno”, Deut 33.27), pero también largo con principio (desde pasado remoto) o con fin (hasta un futuro remoto).[3] La ocupación por Israel de Palestina tuvo un principio y puede tener un fin, en lo que al adjetivo “siempre” se refiere. Por eso, la palabra “siempre” o términos similares en las promesas de tierra no significan necesariamente que dicha promesa constituye un “título de propiedad” para el actual gobierno israelí.
Los intentos del señor Stam basado en refutar nuestro significado de la palabra “siempre” son futiles. No dependemos de una palabra en hebreo o griego para afirmar lo que enseña gran parte de la Biblia como hemos demostrado.
Ademas si existe en el hebreo una palabra para designar siempre: TAMID, o la expresion LE OLAMEI OLAMIM( DE ETERNIDAD A ETERNIDAD)
Un pasaje revelador para este tema está en Jeremías 31:
Vienen días — afirma el Señor –
en que haré un nuevo pacto con el pueblo de Israel y con la tribu de Judá.
No será un pacto como el que hice con sus antepasados…
ya que ellos lo quebrantaron a pesar de que yo era su esposo…
Así dice el Señor,
cuyo nombre es el Señor Todopoderoso,
quien estableció el sol para alumbrar el día,
y la luna y las estrellas para alumbrar la noche,
y agita el mar para que rujan sus olas:
Si alguna vez fallaran estas leyes
– dice el Señor –
entonces la descendencia de Israel
ya nunca más sería mi nación especial.
– Así dice el Señor –
Si se pudieran medir los cielos en lo alto
y en lo bajo explorar los cimientos de la tierra,
entonces yo rechazaría a la descendencia de Israel
por todo lo que ha hecho
– afirma el Señor –.
(Jer 31:31-32, 35-37)
Este pasaje interpreta proféticamente dos pactos divinos. La primera promesa, en prosa, anuncia un nuevo pacto de Dios con Israel, y específicamente con Judá. Éste nuevo pacto, de carácter ético-espiritual, reemplazará al viejo pacto, anulado por la desobediencia del pueblo. La segunda promesa, en verso, asegura, en los términos más enfáticos, la existencia “eterna” de la nación judía, co-extensiva con la duración del pacto de Dios con la creación (Gén 1;16; 9:8-13).[4]
No puedo creer que el señor Stam saque estas conclusiones de un pasaje tan significativo y claro como éste. En ningún momento puedo leer acerca de la invalidación del pacto que D-os concertó con los judíos. Fueron los judíos los que quebraron el pacto, no es D-os quien le ha dado fin.
Las palabras del Eterno parecen confirmar el pacto
que una vez estableció con Israel, pero en ningún
momento lo abroga.
El pacto constituía en que Israel le sería una nación especial en su tierra, para siempre. Y los versos 35 al 37 confirman exactamente eso. No hay para qué repetir los versos. Se explican a si mismos.
La primera promesa, del nuevo pacto, se cumple muy explícitamente en la última cena del Señor, cuando declara, “Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre… que es derramada por muchos para perdón de pecados” (1 Cor 11:25; Mat 26:28; Luc 22:20; Mat 26:28). Pero, ¡qué sorpresa!, Jeremías no hubiera reconocido este cumplimiento de su profecía. Aquí no hay nada del pueblo de Israel ni de la tribu de Judá, ni de escribir la ley en los corazones. Ahora el nuevo pacto tiene un contenido totalmente diferente. Es un pacto en la sangre derramada del Mesías, de lo que Jeremías no parece haber sabido nada. Es un pacto para la remisión de pecados, algo medular al sentido de la muerte de Jesús pero ausente en la promesa original de un nuevo pacto.
Es indispensable — ¡estrictamente obligatorio!, ¡urgentemente imperativo! — interpretar a cada pasaje del Antiguo Testamento en su contexto histórico, como mensaje profético a sus contemporáneos y no primeramente a nosotros. Jeremías, como los demás profetas en general, quiso comunicar a sus oyentes un mensaje de amonestación y esperanza, de denuncia y anuncio. Si Jeremías hubiera dicho, por revelación divina, “Dios hará un nuevo pacto a un nuevo pueblo, redimido por la sangre del Mesías, y ese pacto se celebrará en algo nuevo que va a llamarse ‘iglesia’”, no hubiera comunicado a sus contemporáneos el mensaje que ardía como fuego en sus huesos.
Ni Jeremías ni ningún otro profeta hebreo tenían la menor idea de una “segunda venida” del Mesías, largo tiempo después de su primera venida, ni de una nueva comunidad que iba a llamarse “iglesia” a existir entre la primera y la segunda venida. Si entendemos que la esencia de la profecía no era la predicción futurista sino la exhortación y exigencia, entenderemos también que anuncios de la futura existencia de la iglesia o de una segunda venida del Mesías más bien hubiera bloqueado seriamente la comunicación del mensaje. Eran verdades que en ese momento no hacían falta.
Básicamente lo mismo puede decirse de Jer 31:35-37. En primer lugar, debemos tomar en cuenta que estos versículos son una expresión poética, con alguna dosis de hipérbole, de la fidelidad de Yahvéh para con su pueblo.[5] E igual que el nuevo pacto, Dios lo ha cumplido pero no como Jeremías lo entendía o lo esperaba. El NT describe la iglesia como nación santa, tesoro especial, pueblo de reyes y sacerdotes, y otras atribuciones del pueblo de Dios. San Pablo afirma que los verdaderos hijos de Abraham son los hijos de su fe, sean judíos o gentiles, y que los incircuncisos con fe tienen la circuncisión del corazón. Con este nuevo “Israel de Dios” (Gál 6:16) el “Israel” se ha expandido y internacionalizado.
A San Pablo, como fiel judío hasta su muerte, le dolía profundamente la condición de su pueblo (Rom 9:2-5; 10:1). Apelando al concepto profético del “remanente”, Pablo afirma que “Dios no rechazó a su pueblo, al que de antemano conoció” (Rom 11:1-2) y que “luego todo Israel será salvo” (11:26). Así queda claro que Dios no ha abandonado a Israel, y que la nación judía sigue presente ante él. Pero una cosa es la nación y otra cosa es el estado.
Jesus cuando tomaba la cena la tomaba con sus dicipulos judios que vivian en la tierra de Israel en la ciudad del Gran Rey David: Jerusalem ,no lo tomo en el vaticano, y tampoco instiutuyo un nuevo pacto con un "nuevo pueblo". El vino a las ovejas perdidas de la casa de Israel de hecho muchisimos de los primeros creyentes no fueron mas que judios nacidos en Israel porque alli nacio Jesus y predico, muchismos le recibieron como Salvador y Mesias aunque no toda la nacion y esto apra que se cumpliera, la profecia de que seria acpetado por las naciones, aunque diria que hasta el dia de hoy las naciones aceptan nominalmente a Jesus, pero no gobiernan ni viven como El...
Insisto, es imposible separar la nación del Estado. Es absurdo tener una nación sin un Estado, ¡porque toda nación requiere de un Estado para vivir! El texto de Jeremías explica algo que para sus contemporáneos significaba una cosa, y es lo que también debe continuar significando.
El Nuevo Testamento puede AÑADIR una nueva interpretación, pero eso no INVALIDA lo que antes ya se dijo, confesó y creyó. Todo el edificio de este artículo depende de esta premisa. Con esto en mente, el señor Stam tendría que afirmar que el Sionismo es correcto y bíblico. Pero él tiene que recurrir a un método de hermenéutica equivocada para afirmar sus creencias antisionistas y antisemitas.
El NT no corrige ni invalida el AT, sólo le AÑADE. Esa es la correcta hermenéutica.
Durante la mayor parte del tiempo después de Jesús, Israel ha sido una nación pero no ha tenido un estado ni ha ocupado territorio. La promesa de Dios sigue fiel, pero en ningún pasaje del NT esa fidelidad de Dios incluye un estado político y un territorio geográfico, ni mucho menos un ejército armado hasta los dientes. Eso es impresionante porque en la época del NT Israel era colonia de Roma, y otros movimientos sí anunciaban la restitución de un gobierno judío.
Si me puede referir un pueblo “armado hasta los dientes” tendría que señalarme al pueblo palestino, la pseudo antítesis del pueblo judío. Son los palestinos los que arman a sus niños y menores de edad y les educan en la guerra y odio de los judíos. Son los palestinos los que usan los cinturones llenos de bombas hasta hacerlas explotar en las ciudades de Israel como hemos visto en las noticias. Ningún judío jamás ha cometido un acto terrorista cobarde como éstos. Aquí el señor Stam no tiene la menor justificación teológica para apoyar su postura. Un analista internacional, un sociólogo y un politólogo le explicaría las razones del porqué Israel se protege y adquiere y vende armas, así como, cuán “armados hasta los dientes” están los palestinos.
La actitud hacia el judaísmo en el NT parece ser ambivalente. Juan de Patmos, autor del Apocalipsis, era también judío de nacimiento, palestinense de origen, pero tenía otra actitud.
Juan nunca fue “palestinense de origen”. En los días en que Juan nació no exitía lo que hasta hoy se llama Palestina. La tierra de Israel, Judea, Samaria y Galilea, fue rebautizada por los romanos
Describe a los judíos de Esmirna y los de Filadelfia como “sinagoga de Satanás”, aparentemente por su colaboración con el satánico imperio romano y por haber delatado a los cristianos ante las autoridades romanos. El mismo Jesús, en su polémica contra los poderosos líderes judíos, exclamó, “Por eso les digo que el reino de Dios se les quitará a ustedes y se le entregará a un pueblo que produzca los frutos del reino” (Mat 21:43).
Nuevamente me asombro del antisemitismo de este teólogo cristiano. Apocalipsis 2/9 dice claramente que los que son la “sinagoga de Satanás” son aquellos que fingen ser judíos, NO LOS JUDÍOS MISMOS.
Y para entender esto basta tener buena comprensión de lectura. Una vez más, el anti-sionismo y el antisemitismo del señor Stam se hace evidente. Alguien así no merece ser llamado un teólogo evangélico, sino, un teólogo más de la apostasía.
Conclusión: Los cristianos/as debemos interpretar los textos del AT dentro de su propio contexto original y la semántica de su lenguaje (como p.ej. el término “siempre”), y después buscar su reinterpretación en el NT, a la luz de la venida del Mesías, su segunda venida y el nacimiento de la iglesia. Bien analizado, ni el AT da base para un derecho divino de Israel a determinado territorio hoy, ni mucho menos la da el NT. Ese error sólo entorpece el análisis del problema entre los israelíes y los palestinos. Ese conflicto debe analizarse, como cualquier otro conflicto político, por los mismos factores históricos, sociales, económicos y éticos, en términos de justicia y promoción de la vida.
Su “análisis” que arroja ese resultado es justamente el que él quiere ver. No el correcto. D-os claramente le delineó a Abraham los límites de Israel, los cuales serían desde el río Nilo, hasta el río Éufrates (Génesis 15/18). E Israel nunca en la historia ha poseído tal extensión territorial. Por lo tanto, creemos que esto tendrá su cumplimiento en el futuro, durante el Milenio.
Ezequiel nos describe a Israel COMO UNA NACIÓN Y ESTADO triunfando sobre la invasión de Gog y Magog junto a las demás naciones que le acompañan. Estos son sólo dos textos que nos muestran cuánto D-os tiene aún por cumplir con su pueblo Israel y son textos creídos y aprobados por teólogos de todos los tiempos. Israel es el pueblo de D-os y el Estado de Israel con sus ejércitos de defensa son respaldados por Dios, nos guste o no. Esto no significa que odiamos a los palestinos y árabes. Al contrario, oramos por su arrepentimeinto y conversion al D-os Verdadero. Pero eso no quita lo anterior. Así como en el pasado, Israel era una nación única para D-os, así lo es ahora. D-os no ha cambiado ni invalidado su pacto.
7 Ah, cuan grande es aquel dia! tanto, que no hay otro semejante a el; tiempo de angustia para Jacob; pero de ella sera librado.
Zacarias 4:(emblema oficial de Israel)
6 Entonces respondio y me hablo diciendo: Esta es Palabra de Adonai Elohim a Zorobabel, que dice: No con ejercito, ni con fuerza, sino con Mi Espiritu, ha dicho Adonai de los Ejercitos.
Engrandecido sea el Nombre del Elohim de Israel!!!
יגדל שם אלוהי ישראל
Yerushalaim Jerusalem
es una e indivisible
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